sábado, 2 de abril de 2011

239 DE LA MANO DE SU TIMON

Alguna vez he estado y sigo estando
Enamorado de la sonrisa más bonita del mundo,
Alguna vez mil veces muy hondo he suspirado
Por los ojos más bonitos y profundos.

Ella me miraba desde su cárcel,
Sin poder hacer nada por salir,
Ni tan siquiera podía intentar acercarse,
Por ello mismo sabía que iba a morir.

Cuando menos esperanza había,
Fue capaz de encontrar una salida,
De los barrotes que encerraban  su corazón.

Habló directo y claro con su carcelero,
Viento en popa, soltó las amarras de su velero,
Y enderezó el rumbo de la mano de su timón

No hay comentarios: