Alguna vez he estado y sigo estando
Enamorado de la sonrisa más bonita del mundo,
Alguna vez mil veces muy hondo he suspirado
Por los ojos más bonitos y profundos.
Ella me miraba desde su cárcel,
Sin poder hacer nada por salir,
Ni tan siquiera podía intentar acercarse,
Por ello mismo sabía que iba a morir.
Cuando menos esperanza había,
Fue capaz de encontrar una salida,
De los barrotes que encerraban su corazón.
Habló directo y claro con su carcelero,
Viento en popa, soltó las amarras de su velero,
Y enderezó el rumbo de la mano de su timón
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