Cuando el árbitro toca el pito
Al final del partido,
Menos mal que tu palpito,
No ha llegado a buen destino.
En el fondo sé que te alegras,
Aunque solo sea por éste pobre corazón,
Que sabes que está lleno de penas,
Por no poder estar a tu lado.
Aunque tu corazón es blanco,
Y la sangre azulgrana corre por mis venas,
Estamos juntos, en el mismo bando,
Y quiero enjugar mis penas,
Colmándote de besos, soñando
Con juntar tus labios y mis labios.
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