En un momento se ha quedado cojo
Mi Platerillo, una púa clavada
en su ranilla, como si una espada
Hubiese pintado se pie de rojo.
De un buen tirón seco se la despojo,
En volandas va hacia la mar salada,
Qué mejor cura para ser curada,
Que agua limpia de una mar serenada.
Una púa verde de naranjo, larga,
Redondo puñalillo de esmeralda,
Ha dañado a mi bolita de algodón.
La vuelta a casa cojeando, sin carga,
Platero iba hociqueando en mi espalda,
Dándome suaves topadas con fruición.
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