Te ofrezco mi corazón en carne viva,
Para que puedas ser su dulce sedante,
Ya no quiero ser más tiempo trashumante,
Pretendo darte la flor de mi saliva.
Así que, por favor, no me seas esquiva,
No me va el papel de caballero andante,
Juntemos a Babieca y a Rocinante,
No sigamos navegando a la deriva.
Y no me robes nunca más la cartera,
buenos sueños van en ella y se desatan,
Sembrándome de dilatada desazón.
Yo te espero al final de tu carretera,
No quiero ver que tus actos me maltratan,
Date prisa antes de que acabe este renglón.
BRINDIS
Brindo por ser algún día aprendiz de poeta,
Por no quedar varado en una laguna,
porque mis versos cojan una maleta,
y por no quedarme más solo que la una.
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