No dices nada, pero sí que lo sientes,
Cuando habla esa alma tuya ensimismada,
Parece desolada, y se lo consientes.
No me gires la mirada, no me cambies las cosas,
Tu voz, pétalos de rosas, me tiene enamorada,
No me digas más mentiras piadosas,
Pues las mentiras son mentiras y quedan en nada.
¿Qué no eres feliz?, ¿Por qué te lo niegas?
En tu vida siegas un atisbo de regaliz,
¿Qué no quieres quererme por orgullo?
Soy tuyo, y si quieres sabes que me tienes.
Sé que mientes y cuando no estás conmigo
Tu gran enemigo se escapa entre tus dientes,
Dime que echas de menos mis abrazos,
Y que esos lazos son los que siempre acechas.
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