Cuando tus murallas son fuertemente asediadas,
Por tus silencios, me recorre un gran escalofrío,
El estómago padece de un enorme vacío,
Y mis fuerzas se quedan algo desangeladas.
Mientras tanto siguen bien en alto las espadas,
Tu guerra de guerrillas conmigo es un desvarío,
Siempre te he dejado hacer todo a tu libre albedrío,
Tus bellas miradas ya no son tan prodigadas.
El fuerte dolor punzante de tu ausencia me hiere,
Mi corazón cabalga alocado y palpitante,
Con una sonrisa, tu ausencia me la restriegas.
Ya sabes que me iría contigo allá donde fuere,
Más al instante más oportuno y electrizante
es cuando más amor me das y mejor reniegas.
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