cuando los primeros suspiros sonaron y nacieron,
tú nunca le hiciste ascos a fumarte un porro,
solo con intuir tu presencia me moría de celos.
Cuando apretaba mucho el frío te calabas un gorro,
al final estos tiempos ya no son los que fueron,
eso sí, mi alma te sigue pidiendo fiel socorro,
Por fin te vi pasar ayer un segundo por los pelos.
La vida se nos escapa rápida por entre los dedos,
el amor es un concepto muy utópico y arcaico,
quererte ha sido un ejercicio de desmesurada fe.
Hace tiempo que los quieros no ganan a los puedos,
el corazón se declara solemnemente libre y laico,
cada día entiendo menos de las cosas del querer.
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