ahora que he perdido todas las batallas,
no merezco ninguna de las medallas,
mi alma se somete a ti sumisa.
Tu corazón a mi corazón lo decomisa,
digamos que con artes demasiado canallas,
sabes que entre mi amor siempre encallas,
así que déjate llevar y no seas indecisa.
Déjate ir arrastrada por la corriente,
al miedo dale eterna sepultura,
tu amor también es muy evidente.
Al volapié quedé prendado de tu hermosura,
pretendo hacerte feliz y ello solamente
lo lograré si no perdemos la compostura.
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