Tan preciosa con su chaqueta
beige,
con porte real de princesa
discreta,
sus sentimientos son de oro de
ley,
¿me dejará tirado en la cuneta?
Guisa el amor con mimo en su
cocina,
mientras le arreglo bien el
fregadero,
capeando el temporal y el
aguacero,
le doy flores por su corona de
espinas.
Con un buen cigarro te pide
lumbre,
Por hábito ya no tiene preguntar,
A la fuerza da besos sin
costumbre,
Por costarle, le cuesta hasta
abrazar.
Se duerme mirando la prensa
rosa,
A veces una lágrima le gotea,
Cuando me ve se pone revoltosa,
Yo ya no bailo nunca con la más
fea.
¿Por epitafio?, tan solo una
estrella,
¿Es zafio?, nada lo es si viene
de ella,
Para ella seré lo que quiera que
sea.
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