melancólico doy vueltas y vueltas,
incapaz de encontrar las recetas,
que de verdad te puedan enamorar.
A veces me dejas herido de muerte,
con lances taurinos que no manejo,
sin embargo ya ni siquiera me quejo,
y si lo hago es solo de mi mala suerte.
A veces te veo de lejos y disimulo,
ya sé que no te lo vas a creer,
sé de sobras que eres una gran mujer,
nos conocimos en momento inoportuno.
A veces, casi siempre, ando pensando en ti,
¡qué le vamos a hacer! no puedo evitarlo,
necesito decírtelo, necesito contártelo,
porque casi nunca puedo llegar a dormir.
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