te observo pasar, sentado, desde mi silla,
y no puedo ocultar que mi alma te persigue,
sin descanso, sin desmayo, donde le pides.
Lo que daría por una noche contigo a solas,
dejando crecer nuestro amor hasta la aurora,
acurrucados viendo una comedia hilarante,
feliz con observar tu semblante radiante.
Disfrutando del momento y de una buena copa
Sentados en el sofá y tapados con una manta,
Hasta que nos sobre la última pieza de ropa.
Al verte me sube un nudo a la garganta,
Si no te veo estás hasta en la sopa,
Mi alma solo por ti es por quien canta.
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