Este poema nace a la sombra de una confidencia, de un cambio radical en la vida de una persona a la que se le aprecia y se le quiere.
Una vida nueva, tras un largo trago amargo,
disfrútala bien plena, es el único encargo,
botella medio llena, para salir del letargo,
música que suena, el alma busca su liderazgo.
Un viejo sueño truncado, una batalla perdida,
Intentando ser educados, es una vida fingida,
Todo se ha terminado, sentimientos de rodillas,
Pero se han levantado, a un nuevo sol que brilla.
Siempre la vida te sorprende, déjate de planes,
La gente nunca aprende, pierdes y parece que ganes,
El corazón se enciende, pasea por nuevos lugares,
Ahora no lo entiendes, acabarás en los altares.
Si eres buena gente, el corazón nunca es insulso,
A veces, por ende, dos pasos atrás es un impulso,
No es lo que parece, nunca se acaba el mundo,
Tú no te mereces, que tu corazón se quede mudo.
Deja que un corazón libre se desperece,
Y que un alma maravillosa baile un tango,
No hace falta que los sentimientos recen,
Pero hay que salir airosa y con descargo.
Libre, mil veces libre, aunque se tropiece,
Dejando atrás la conciencia sin recargo,
Casi nunca resulta ser lo que bien parece,
aunque siempre se presupone un sin embargo.
Con “ta y tantos” tampoco se languidece,
Se suele salir siempre reforzada del fango,
Estos bajonazos al corazón lo endurecen,
Ya que el camino recorrido ha sido muy largo.
Un día inesperado, las penas se desvanecen,
El alma te solicita bailar un fandango,
El corazón respira aire nuevo y florece,
Cambias de registro cambiando de rango.
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