miércoles, 4 de julio de 2012

827 CUANDO NOS ABRAZAMOS


Cuando nos abrazamos y nos damos un beso,
con el Mediterráneo por testigo a nuestros pies,
abrimos las ventanas de nuestros sentimientos,
y se ventilan juntos, y se sienten bien.

Cuando ese mar es triste testigo mudo,
de tantos suspiros lanzados al viento,
parece que nos arropa con sus olas,
y con su brisa nos hace un juramento.

Así va creciendo día a día nuestro amor,
desesperado por tan larga y tortuosa espera,
sintiendo un punzante y lacerante dolor.

El dolor de no poder verte tan siquiera,
cuando suenan machaconas las horas del reloj,
o cuando llegan y marchan las primaveras.

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