le faltaba la escoba y el sombrero
grande y negro.
He admirado su pelo suelto, su melena,
su preciosa sonrisa por entero,
dulce melodía con alegro.
Menos mal que no tiene granos
ni en la nariz ni en las manos,
ni tampoco en el alma.
Te mira, sonríe, habla, es genial,
Picarona, sutil, angelical
transmite siempre calma.
Es una de mis brujas preferidas,
Aunque a veces abre heridas,
Sin darse tan siquiera cuenta.
Te deja colgado enseguida,
Su trabajo le absorbe la vida,
Es más frágil de lo que aparenta.
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