Orgullo de chica buena, excesivamente decente,
su alma vaga en pena, me tiene tatuado en su frente,
le asoman arrugas bellas, posee una mirada diferente,
brilla como una estrella, para enamorarse es muy exigente.
Se ha hartado de fingir, pero no se atisba movimiento,
tiene pánico a vivir, su mundo es puro aislamiento,
sabe que para no sufrir, soy su mejor medicamento,
aunque pretende seguir, es consciente que se acaba el cuento.
Su gran decisión es inamovible, el alma se le desgarra,
con señorío inconfundible, se ha subido a la parra,
si ello fuera posible, sería por siempre su bandarra,
sabe que me funde los fusibles, así es el amor de marras.
Arrepentida de un amor, que le ha calado hasta los huesos,
está llena de temor, sabe que lleva mi cariño impreso,
pone tiritas al corazón, porque es muy difícil salir ileso,
siento cierto resquemor, al perder cada uno de sus besos.
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