En cada pueblo hay que matar un Judas,
Al corruptelas, aunque sea el alcalde,
Que no quede impune, que no sea en balde,
Eso sí, siempre que no quepan dudas.
Las vergüenzas han de quedar desnudas,
Señalar sin que nadie las respalde,
Juzgadas para que se las escalde
Aquel que ha de pasárselas muy crudas.
Al corrupto, aunque sea un diputado
No deberían salvarse ni los sacros,
Y así por cada día y cada mañana.
Así cualquier cargo electo imputado,
Deberían ser todo el año los simulacros
¡Platero… que no es por maldad humana!
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