La pena anida desde hace años en mi pecho,
Pasaron a mejor vida las horas triunfantes,
Los caminos los han hecho los caminantes
Caminando día a día sin pausa, trecho a trecho.
Esos recovecos andados me han dejado deshecho,
Eso que mi amor era fuerte como los diamantes,
He sucumbido a tantos temporales de los levantes,
El amor quedó varado cual barco en el estrecho.
Soñé mil veces diversas formas de ser tu dueño,
Si hemos naufragado no es por falta de valentía,
La llama ardía como la tea del mejor leño.
Claudico ante tu alma tan cruel y tan harpía,
Este tintero sin tinta yo ya no lo ordeño,
Te deseo que te amanezca siempre el mejor día.
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