Tu obcecación empieza a ser famosa,
Lo malo es que pareces convencida,
Tu caos te tiene bastante vencida,
Tu conciencia es contigo muy insidiosa.
No te dejas volar cual mariposa,
Así te pasa delante tu vida,
Sin más sal ni pimienta, entristecida,
No hay visos de que cambie la cosa.
Yo he sudado mucho, pero ya no sudo,
Tras tanto hachazo no queda más llama,
Más sí un rescoldo de lo más humeante.
He sido el rey de las dudas y aún dudo,
Mi corazón se enfría y ya no te aclama,
Debo paliar mi dolor lacerante.
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