27/03/18 – 21:17
Me acuerdo de ti sin remedio,
A todas horas, sobre todo a las once y cuarto
De la mañana, sin más, sin tedio,
Y nunca me siento satisfecho ni harto,
Me pasa desde aquella escalera,
Que parece el medio de lo que fuera.
Y no es un teatro ni un cine,
Tampoco una flor de primavera,
Es la pena del alucine,
De saber que estás, que te tengo,
Pero de momento “en la nevera”.
No sé cuánto tiempo más
Vamos a llevar esta vida oculta,
Es para hartarse de llorar,
Pero tu corazón no me indulta.
Me voy a tirar al monte,
A merced de lluvias y vientos,
Por muy negro que sea el horizonte,
Me reventarán mis sentimientos,
Pero me sigo acordando de tu cara,
De tus manos, de tu espalda,
Siempre, a las once y cuarto.
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