Sabes que te quiero mucho todavía,
aunque tus ausencias son dolorosas,
pesan sobre mis hombros como losas,
desando los mismos caminos que solía.
tu alma ya tan solo puedo ser mía,
eso sí, cuidado con las envidiosas,
hacen daño siendo muy silenciosas,
no sé cómo han sabido que te quería.
tras tus huellas voy siendo conducido,
tu risa me la trae siempre el viento,
para escucharla voy afinando el oído.
Si muero joven, sé que moriré contento,
porque al menos habré conseguido,
superar mi desaliento con tu aliento.
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