Nunca te escribiré por vil venganza,
Esa crueldad vil nunca anduvo conmigo,
No soy muy dado a mirarme el ombligo,
Más bien miro esta historia con templanza.
Mi corazón ya inició la mudanza,
Verdaderamente a ello me obligo,
Mi vida entera da un vuelco y prosigo
quiero ser feliz en tu lontananza.
Ahí tengo mis esperanzas puestas,
Aunque el corazón llevo en puro llanto,
No quiero ser uno de tus antojos.
La penitencia la llevas a cuestas,
De tanto espantarme, ya no me espanto,
Hoy tan solo te ofrezco los rastrojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario