Tengo en tu amor una fe ciega,
vivir sin ti es un enorme vacío,
tu boca no siente lo que reniega,
Sabes de sobras que yo si me fío,
nunca he dudado ni un solo minuto,
por eso tengo claro con quién me alío.
Este amor ha pasado de flor a fruto,
con el abrasador sol está humeante,
parece que no habrá que ponerse el luto.
Mi vida no es un desayuno con diamantes,
mi sentimiento está ya calcinado,
no puedo seguir más, ando agonizante.
Siento mi corazón traspasado,
coronado con una corona de espinas,
porque nada se ha solucionado.
Ahora vivo miserablemente entre ruinas,
no me acompaña ni siquiera mi latido,
nadie reina sobre mis desiertas minas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario