A veces me siento como furioso,
Porque me hablas como fugaz centella,
Mi corazón no encuentra su reposo,
Y maldigo mucho mi mala estrella,
El cielo se me pone nebuloso,
Y una triste amargura me atropella.
Mi corazón era verte y babeaba,
Porque la peor suerte se me clavaba.
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