Otro día que he de estar escondido,
más días que no puedo estar a tu lado,
sigue lloviendo en un suelo mojado,
tu olor ni lo trae el viento ni a venido.
Falta para que me dé por vencido
un canto redondo y color dorado,
la guerra fratricida ha estallado,
porque tu corazón está dormido.
Así que estate atenta a la tronada,
la paz se aleja y nos abandona,
el día que pares es que no hay nada.
Nos oscurece una sombra cabrona,
¡Ya ves!... Mi alma también está pasmada,
te acusa sin remilgos de ladrona.
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