(10/11/17 – 11:58)
Me gusta el olor a menta y romero,
Olores que el poeta definió,
Sacándose el sombrero,
El último día que te besó.
Con un cielo azul marino,
Pisoteó la vereda del olvido,
En la mano un vaso de vino
Tu recuerdo a él cosido,
Al alba al ir despertando,
Con aquel sol tan mañanero,
Vio que el amor se iba burlando,
Y su cabeza fue un quebradero.
Se preguntó por qué su alma sollozaba,
Con un tono bastante altanero
Su ceguera aún entrelazaba,
Entre sombras con el burladero.
Su margarita acabó deshojada,
Como manda el romancero,
Y su bonito cuento de hadas
Acabó en un gris aguacero,
En la cara la luna se le reía,
Y él a la sombra de un limonero,
Mirándola fijamente le decía:
Varado y de agua dulce, sigo siendo marinero.
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