Siempre te habías declarado como mujer ardiente,
Tampoco sé ya qué es lo que esa frase encierra,
De por medio tan solo me queda poner tierra,
Se ha terminado la paciencia de este paciente.
Has reinado en mi vida siempre omnipresente,
No hubo nada mejor desde el mar a la sierra,
Pero reconozco que he perdido esta bella guerra,
Aunque el sol se pondrá de nuevo por poniente.
Me cojo un buen cigarrillo y un buen cortado,
Esperaré a ver con quien tu alma compite,
Lo nuestro más que breve ha sido abreviado.
Se acabó eso de que el corazón todo lo permite,
El tiempo discurrido me lo llevo guardado,
Esta carta sincera ya no admite un remite.
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