Nuestro amor es nuestro gran tesoro,
La mejor música sacada de una lira,
Nos transpira por cada poro,
Bendita poesía del que delira
Muero a cada segundo por un beso,
Que me deje las luces encendidas,
Un beso que me haga surcar las nubes,
De esos que me nublan la vista,
Muero por un beso que me lleve
A la verdad, nunca a la mentira,
Que haga que levite y me eleve
Bendita poesía del que delira.
Muero por una caricia que me alcance,
Que me haga disfrutar de la vida,
Que me haga sentir el abismo
Para que mi vida aguante y resista.
Muero por una leve caricia,
A eso mi existencia aspira,
No disfrutarte es una injusticia,
Bendita poesía del que delira.
Muero por escuchar tu voz maravillosa,
Por ver que tus labios se rían,
Todos mis circuitos se me averían,
Ante tu digna pose de diosa.
Muero por ese timbre de voz tan tuyo,
Que es la bella música que me inspira,
A tu musicalidad todo atribuyo,
Bendita poesía del que delira.
Muero por verme en tus ojos, reflejado,
Esos bellos ojos que siempre me miman,
Ante ellos soy un corcel desbocado,
Me anulan cuando sé que me miran.
Muero por tu mirar dulce y sereno,
Mi mundo a tu alrededor siempre gira,
Henchido de amor, completo, lleno,
Bendita poesía del que delira.
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