No sé cómo ni cuándo caí a tus pies rendido,
pero tengo bastante claro que ese es mi estado,
siento como mi rostro está por tu luz bañado,
y el torrente de mi sangre por tu amor teñido.
Mil veces me he preguntado ya cómo ha sido,
y mira que le puse el máximo de mi cuidado,
al final de todo el amor es el que ha acabado
manejando por completo todo mi sentido.
Ahora ya no te vale que seas presurosa,
pues has de intentar suturar mi herida,
mi alma solo se restaña con mirada hermosa.
Tampoco te presentes ante mí tan alicaída,
cuando quieres eres altanera y poderosa,
has transformado por completo toda mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario