Mi corazón en cambio es muy ardiente,
No quiere acabar en un triste hospicio,
Por eso te mira siempre de frente,
Ladeando con vértigo el precipicio,
Porque sabe que de forma inminente,
Tendrá que acometer un sacrificio.
Mi soledad no es plato apetitoso,
He de apartarme y quedar decoroso.
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