Te amo porque eres siempre complaciente,
Aunque me regales unas horas frías,
Al final estas cosas son cosas mías,
Me rindo ante tu piel resplandeciente.
Sin ti mis lágrimas son un torrente,
Sobre todo si tu mirada desvías,
Cada día un complicado reto me envías,
Parece gustarte tenerme enfrente.
Yo continúo empeñado en ser yo mismo,
¡Sí, me alborota mucho tu presencia!
¿Tanta espera tendrá su justo fruto?
Lo contrario es el filo del abismo,
Si algo me sobra contigo es paciencia,
Creo que hemos pagado bien el tributo.
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