Me di un buen trompazo de morros y caí,
caí en cuenta de perder con pesadumbre,
mi alma ya nunca se calienta en tu lumbre,
¿Por qué me dejas solo y tirado así?
¿Sabes que te amaba desde que nací?
contigo es fácil llegar a la cumbre,
ser feliz a tu lado es ya costumbre,
y me gusta cada vez más lo que fui.
Te echaba de menos justo naciendo,
entonces ya te acunaba en mis rodillas,
sabía cómo quería seguir viviendo.
Desde entonces voy descubriendo,
que mi alma la llenas de florecillas,
cuando juntos los dos nos vamos riendo.
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