Alejado de ti soy un rey sin corona,
Incluso el sol es gélido y no me abriga,
Mi alma sola solloza y se castiga,
No me siento para nada como una persona.
Tan solo puedo acusarte de ladrona,
Por haberme embrujado a que te persiga,
Ahora ya no conseguirás que me desdiga,
Y eres mi más entrañable y dulce cabrona.
Llegaste a mi corazón como agua de Mayo,
Preciosa como puesta de sol de poniente,
Perseguirte es lo que hago sin desmayo.
Si te gano será por perseverante y valiente,
Por tener la lucidez eléctrica de un rayo
Porque nos amamos simple y llanamente.
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