Tu aparente tranquilidad me enfada,
Demuestras fácilmente tu alegría,
Yo me ahogo en medio de mi bahía
Llena con más de una lágrima salada.
Te pregunto qué te pasa y contestas que nada,
Después de seis años no te creo todavía,
Me dejas cabizbajo y lleno de agonía,
Mi alma no soporta estar tan y tan desolada.
Sabes que si tú quieres, yo con todo puedo,
Porque eres para mí la felicidad plena,
Y salto de alegría tan solo con poder verte.
Pero a veces con los hachazos, triste me quedo,
Como un toro estocado y tendido en la arena,
Sin un ápice de vida y lleno de muerte.
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