Sabes muy bien que todo lo tuyo lo respeto,
Y que con tu presencia mi vida la llenas,
Mi corazón en tu ausencia anda inquieto,
Al frío invernal es a lo que lo condenas.
Entre nuestros arrullos es donde me parapeto,
Para poder desligarme de las fuertes cadenas,
En tus brazos soy el triste y tonto analfabeto
Que ingenuo quiere trepar hasta tus almenas.
No quiero que nuestro amor quede en un boceto,
Ni pretendo recordarlo volátil como las avenas,
Solo puedo mirarte y amándote… interpreto.
A veces te comportas como esas movedizas arenas,
¡Otras tú eres el predicado y yo el sujeto!
Al final moriremos ahogados los dos en penas.
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