Echo mucho de menos, mucho, tus dulces besos,
Sin embargo tú ya no me recuerdas apenas,
Mis sentimientos andan pisoteados y presos,
El amor me quema y me escuece por las venas,
¡Me duele tanto tu desamor!, hasta en los huesos,
Tendido quedo en el albero sobre las arenas,
No sé si es que no te merezco por impío,
O porque de tanto quererte me he hecho un lío.
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Van acabando estas estrofas sonoras,
Ya me dirás tú si tienen alguna valía,
He invertido en ellas varias horas,
Pensando en vos cada noche y cada día,
Ahora mi bello sentimiento se dora,
Y te llama con desespero el alma mía.
Dame pronto la alegría de la buena nueva,
Porque la espero llueva o no llueva.
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