La serpiente se ha quedado con las ganas,
Siglos más tarde llegó
a día de hoy seguimos muertos de pena.
Tus postigos ahogan todas las ventanas,
Las costumbres derivaron en malsanas,
Ya se que mi cantinela te suena,
Y sabes que mi alma no anda de verbena.
Tus auroras ya no serán mis mañanas.
Mataste al amor en edades muy tempranas,
El eco del Edén hace que no resuena,
Se secó la mar y muerta está la sirena.
Te echo de menos desde hace semanas,
Eso que marchaste al son de las campanas
La sangre ya no corre por las venas,
Lo de la costilla es una historia obscena,
Ahora que ya peinamos ambos canas,
Las almas se vuelven bastante ufanas
Desisto de seguir rezando la novena,
El corazón lo tengo en cuarentena.
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