Lleno de altivos jueces con aspecto enlutado,
Para discernir si te amo con el entrecejo
Cejijunto y soberanamente muy arqueado.
Tampoco necesito la toga de ningún abogado,
Para serte franco mirándote a la cara,
Mi corazón en tu mano ya esta entregado,
Así que no me mires con esa cara tan rara.
El laudo final podría ser muy sonado y sonoro,
A tu cargo irían todas las costas judiciales,
Al no tener que demostrar si amo o me enamoro,
Sabes que este amor podría reventar los ventanales.
Otro largo día más sin verte, ¡menudo palo!,
Este corazón viejo y cansado sigue a la espera,
La tristeza es amarga, fría, solitaria y severa,
Me conformo pensando que esto es un intervalo.
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