De la luna de tus ojos de plata,
me dejas como un desierto sin arena, sin agua,
cuando clavas tus palabras como espadas,
y das el toque final a punta de lanza.
Mi alma está a tu alma soldada,
así que o me digas nada,
solo aspiro a tener tu compaña,
mejor por las buenas que por las malas,
por las malas echaré a volar mis alas,
que hoy parecen muy pesadas,
porque están a tu cuello plegadas.
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