Desde que oyó tu voz idolatrada,
ha mandado a su alma aventurera,
que salga rauda en pos de su amada.
No, no eres ni serás la primera,
Pero por siempre sí la más soñada,
Serás toda la vida su compañera,
Porque el destino os regala su abrazada.
No necesitas ni alforjas ni enseres,
Recogéis lo que cada uno merece,
Es el más dulce y preciado licor.
Para él ya no existen otras mujeres,
Os conocisteis en martes y trece,
Vuestro juego es el juego del amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario