con la mirada burlona,
con esa pose de sultana,
y su cara tan tristona.
Baja la persiana con fuerza,
suelta un ligero alarido,pues no quiere que ejerza,
ni de amante ni de marido.
Se van pasando los días,
en una tragicomedia triste,
lentas horas sin alegrías,
vanos intentos de despiste.
La cosa ya toca a su fin,
ya no tiene buena pinta,
se harta de negar un sí,
la historia queda extinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario