sin lugar a duda alguna y de largo,
pero a pesar de todo y sin embargo,
no consigo acercarme, ni de lejos, a ella.
Me
pide que nos amemos bien de lejos,
ya ni
quiere asomarse a su ventana,así pretende estar mucho más lejana,
no me va a dejar siquiera sus reflejos.
Al
final parecerá una persona ajena,
como
la ola al bañar a una caracola,tras su espuma blanca la deja sola,
varada con su tristeza sobre la arena.
He
soñado mil veces que es solo mía,
dando
de beber a mi corazón sediento,pero se me escapa veloz como el viento,
y ese viento no me la trae todavía.
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