Fue aquella tarde tan milagrosa,
Revoloteaban bellas mariposas
Llenando de color el buen estío.
Por la mañana
estaba fresco el rocío,
un gorrión triste
va y se posa,en los suaves pétalos de una rosa,
para aislarse un poco del frío
Cuando el sol se
escondía por poniente
mi corazón
saltaba alegre e insurgente,al encuentro de su gran ilusión.
Parecía morir
despacio de melancolía,
esperando a cada
final de cada día,un corto mensajillo de su corazón.
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