Segunda parte del poema inspirado en la canción de Sabina "Y nos dieron las diez":
Ya ves que quiero quererte,
Aunque no me des una oportunidad,
Tan solo con verte
Mi dicha es tan fuerte,
Que solo reina la felicidad.
Tú sigue haciéndote la interesante,
Igual cuando quieras yo no querré,Te estoy esperando bastante,
Porque eres muy importante,
Por eso te tengo tanta fe.
Sigo muriendo por tus huesos,
Desesperado de tanta espera,
Contando anécdotas y sucesos,
Con los sentimientos presos,
Buscando sin pausa la manera…
Tengo malgastado el sueño
De tanto y tanto verlo en mi mente,Mi único fin es ser tu dueño,
En ello pongo todo mi empeño,
pues sé que triunfaré, naturalmente.
Y cuando llegue ese momento,
En que podamos pasear de la mano,Tú estarás contenta y yo contento,
Porque habrá quedado atrás el tormento
Y construiremos un amor artesano.
Cada vez veo más cercano,
El momento de que estés en mis brazos,Y al salir el sol muy temprano,
Rozaré mi mano con tu mano,
Y nos fundiremos en largos abrazos.
El amor será nuestro estribillo,
Luciendo más que los luceros,Y a la luz de la luna, con su brillo,
Saltará a la comba como un chiquillo,
Y seremos sus dulces prisioneros.
El amor será nuestra banda sonora,
Como alfombra miles de mecheros,Las estrellas lloraran con la aurora,
mientras sol como juez les implora,
que iluminen los amores tan verdaderos.
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