Primera parte de tres de una historia de amor que me han contado:
Quiero contarles una historia
que no pasó por la cama,
Me dejó el alma encogida
Y lágrimas bien estiradas.
Mi amigo cuando me lo iba contando,
Lloraba como una parra:
“No puedo quitarla de en medio,
Ni tampoco dejar de mentarla,
Se ha agarrado a mi mente
Con una fuerte coraza.
Sumido ando en un pozo,
Pegándole a la damajuana,
Han pasado lunas y soles,
Pero la suerte está echada.
Más que rana soy sapo,
Me duele el fondo del alma,
Tengo en el corazón callos,
Y más de un nudo en mi garganta.
Ando perdido por las esquinas,
A mi corazón nadie le manda,
Ahora vivo trasnochado,
Me acuesto siempre al alba.
Me doy con un canto en los dientes,
Mi alma se sobresalta,
¡Maldita vida inoportuna!
De sobras tan malgastada.
Solo lucen las sombras,
Ya no tocan las campanas,
En el espejo miedo me doy,
Me pregunto por qué avanza,
Esta vida tan desalada,
Me muevo como un fantasma.
Al pensarla me sulfuro,
Porque es toda una dama,
Y por ella pierdo mi vida,
Tan solo si ella me llama,
Pero tengo mucho miedo,
De decírselo a la cara,
Clavada está en mi pecho,
No la saca ni una espada.
Sonríe como mil estrellas,
a veces tira con bala,
sus caderas son redonditas,
no se baja de la parra,
quiero llevarla conmigo,
pero eso es grande hazaña,
me la llevaría muy lejos,
para tranquilamente amarla.
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