Y vi detalles muy desmoronados,
Ojeras e iris muy deteriorados,
Sonaba a cuento chino la valentía.
El corazón muerto de sed no bebía
De torrentes de amor tan desatados,Mientras a aquellos dos ojos cansados,
La penumbra robaba la luz del día.
El alma se siente muy amancillada,
Todo a su alrededor son despojos,Y siempre pierde la ley del más fuerte.
La espada entra en carne enamorada,
Siento que mis ojos no son mis ojos,Parecen fiel reflejo de la muerte.
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