de tanto llamarte con la voz rota,
me tomas a broma con chirigota
así que rompo aguas en vez de filas.
Mi
alma se hartó de tomar tanta tila,
la
voz ya no me estremece la garganta,ya solo me abrigo con una manta,
este sentimiento nunca se alquila.
Te
esperé, ahora no más, ni un minuto,
me
largo con el corazón de luto,a buscar tus besos por la esquinas.
Me
pondré los cuernos a mí mismo,
provocaré
en mi vida un seísmo,al final del viaje tomaré quinina.
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