Lo que más te envidio es tu pose serena,
Que muy rara vez pierdes o te desaparece,
Si pasa, el sol deja de brillar y se oscurece,
Y no tiene ganas de salir la luna llena.
Mira que tengo ganas de ver si la flauta suena,
Cada día que pasa este amor se cuece y crece,
Pensar en perderte es lo único que me estremece,
Se desata un ciclón de viento y luz… ¡y truena!
Tan solo con tu mirada remonto el vuelo,
Es increíble que con cincuenta seas la primera,
Yo sigo bendiciendo la escalera y aquel día.
Ancho es este amor como ancho es el cielo,
Tras tanto invierno… ¿llegará la primavera?
La fortuna de tenerte… ¿Será la suerte mía?
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