Tienes la belleza de un buen ramo de azucenas,
la serenidad que irradia tu precioso gesto,
y siendo leal, realista, consecuente y honesto,
hasta la más fiera tormenta tú la serenas.
la alegría corre alborotada por mis venas,
el corazón muy veloz se dispone a estar presto,
y nervioso no quiere sacar los pies del tiesto,
con una mirada su mundo le desordenas.
con tu presencia haces florecer la primavera,
tu ausencia provoca un aire frío y desairado,
gélido cual tormenta de nieve de una cumbre.
y nunca encontrarás a nadie que más te quiera,
Mas no podrá con nosotros ni ese viento helado,
porque amarnos es ya parte de nuestra costumbre.
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