pero he de vivir a la sombra,
sé que soy tu único hombre,
pero nuestra vereda es angosta.
Tú eres un rayo de luz
en la andadura tenebrosa.
Siempre ando escondido,
semienterrado en la bóveda,
pero yo quiero dar la cara,
y salir de forma airosa.
Estamos cayendo en un pozo,
hundidos por la zozobra,
empezamos a ser extraños
incluso en nuestra alcoba.
Los sentimientos que siento,
a veces como que ahondan,
se meten por los vericuetos,
reverdeciendo las horas.
Mi única libertad
llega cuando llega la aurora,
y cuando el día amaina,
mi mente a ti te implora.
Mi alma habita en una caja de pino,
desde que la dejas tirada y desconsolada,
no quieres acompañarla en su camino,
así que pronto va a ser enterrada.
En mi casa falta una buena dama,
en la tuya sobra algún pedal,
olvídate de mi buena mala fama,
y ámame tal cual al natural.
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