Cuídate, corazón, de tu prieta cartera,
Defiende tu inocencia con los codos,
No te acostumbres a los malos modos,
Sabes que yo suelo cantar a mi manera.
Casi todo, para ti, es casi nada,
Por los vicios del oficio somos difuntos,
Tu soledad es el mayor de mis asuntos,
Quiero tomarle el pulso a la madrugada.
Al final siempre quedan cicatrices,
Desde luego eres mi mejor amuleto,
Estoy harto de tanta y tanta prudencia.
Lo nuestro ya tiene buenas raíces,
Yo soy feliz con mi boina de cateto,
Mi vida no tiene brillo en tu ausencia.
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